Una Conferencia del Clima de transición, las dificultades quedan a la vista

Por Ronan Dantec, El portavoz de CGLU sobre el clima y Concejal Municipal de Nantes, en el marco de la COP 19 en Varsovia

Muchas energías gastadas para un resultado previsible. En Varsovia, se ha vivido la ya escena habitual de las conferencia sobre el clima, permitiendo a unos y a otros mostrarnos sus fuerzas y su resistencia a la falta de sueño, dos años antes de la cita clave de París.

El objetivo principal de partida era evitar el fracaso. El compromiso que se ha encontrado en el texto de aplicación del Protocolo de Durban, sobre el anuncio de los países a su proposición de reducción de emisiones en el primer trimestre de 2015, pero sin que se proceda a una exigencia de compromisos, entra perfectamente dentro de la gran tradición de compromisos de la ONU. Los europeos han evitado en esta ocasión volver mencionar que los países desarrollados sean los únicos contribuyentes a la reducción de emisiones de gas, y Francia, tiene un calendario aceptable para preparar una conferencia que deberá encontrar el modo de sacar un modo de funcionamiento de la Conferencia del Clima (COP) cuya estructura resulta excesivamente onerosa y plantea una de las principales dificultades.

Entre los avances notables, tenemos la importancia destacada sobre el papel de las ciudades y de las autoridades subnacionales, por primera vez en la historia de las conferencias del clima, se destaca su papel con un capítulo operacional sobre el refuerzo de la capacidad de acción, y un párrafo en el texto de aplicación del Protocolo de Durban. Integrando la organización, durante la celebración del evento del segmento de alto nivel, un evento sobre los gobiernos locales, abierto por el Secretario General de Naciones Unidas, Ban ki-moon, esta COP será recordada por el reconocimiento de las asociaciones de gobiernos locales, muy movilizados para las negociaciones, un momento fuerte de aceptación del papel clave de las ciudades y las regiones para la reducción de emisiones de gas para combatir el efecto invernadero y para adaptar los territorios en este proceso. Es un avance que deberá ser confirmado a través de la Conferencia de París en 2015, especialmente en lo respectivo a la movilización de recursos.

Sin embargo, a pesar de que los compromisos de Varsovia abran la hoja de ruta de París, las dificultades que quedan son numerosas… Pocos compromisos sobre el sector financiero por parte de los países industriales, oposición sistemática del nuevo gobiernos australiano, retirada de Japón, fuerte reticencias de las grandes potencias emergentes a comprometer sus propia reducción de emisiones de gas, el fuerte lobby de las industrias del carbón… Varsovia ha dejado claro las oposiciones y los obstáculos para un acuerdo ambicioso.

De este modo, la ruta de Paris 2015 queda más que nunca llena de obstáculos, pero la etapa con más trampas para la COP polaca aún nos acecha. Francia puede alcanzar un acuerdo que nos permita alejarnos de un pronóstico fatalista de la lucha contra el cambio climático que condene al siglo XXI a un terrible desastre humano, encontrando las formas de crear nuevas dinámicas y adelantando las acciones positivas que se multiplican y se apoyan sobre la voluntad de la sociedad civil, y actúan como mejor nexo con la agenda de desarrollo 2015, muy ausente en Varsovia.