Cooperación descentralizada y servicios públicos

Cooperación descentralizada y servicios públicos

Por Josep Roig, para el Revista del Observatorio de la Cooperación Descentralizada Unión Europea-América Latina

La cooperación descentralizada es un instrumento privilegiado para contribuir a los desafíos de los gobiernos locales en cuanto a garantizar un acceso universal y de calidad a los servicios públicos, promoviendo una mayor equidad y solidaridad y velando por la sostenibilidad ambiental. 

Durante las últimas dos décadas, el número de ciudades y redes de gobiernos locales que impulsan la cooperación descentralizada creció de manera significativa, adoptando nuevas modalidades y movilizando a diferentes tipos de actores (sociedad civil, sector privado, organismos internacionales, universidades). También se amplió el reconocimiento por parte de las instituciones internacionales del papel que juegan los gobiernos locales en la cooperación al desarrollo.

En la Cumbre de Busan sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, que reunió en 2011 al conjunto de los Estados miembros de Naciones Unidas, se reconoció el papel de los gobiernos subnacionales en la cooperación, así como la necesidad de reforzar sus capacidades tanto para la prestación de servicios como para promover la participación ciudadana1. Más recientemente, las instituciones europeas subrayaron la importancia de la cooperación entre autoridades locales para la transferencia de experiencias y de conocimientos técnicos, para impulsar los procesos de desarrollo en su cooperación internacional.

Para Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, la cooperación entre ciudades y gobiernos locales, también conocida como cooperación descentralizada, es parte de su misión. La acción de las ciudades pone de manifiesto el dinamismo de las autoridades locales y su voluntad de proyectarse en el escenario internacional, al mismo tiempo que permite un mayor acercamiento a los ciudadanos. En un documento aprobado por CGLU se afirma que la cooperación internacional entre gobiernos locales contribuye a fortalecer la dimensión local de las políticas de desarrollo, promueve la coordinación dentro de los territorios para alcanzar un mayor impacto sobre la mejora de las condiciones de vida de la población, a la vez que contribuye a afianzar la democracia local y a avanzar hacia una gobernanza de proximidad.

En la mayoría de los países, los gobiernos locales se enfrentan actualmente a importantes desafíos para garantizar un acceso universal y de calidad a los servicios públicos. En tanto que responsables directos o indirectos de muchos de los servicios esenciales (ej.: agua, saneamiento, educación, salud, etc), los gobiernos locales contribuyen a la reducción de la pobreza, a promover una mayor equidad y solidaridad, velando a la vez por la protección del medio ambiente y la sostenibilidad ambiental4 . La cooperación descentralizada participa directamente de estos objetivos, contribuyendo al desarrollo sostenible y a la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas.  

En muchos países europeos la cooperación descentralizada tiene una larga trayectoria, impulsando proyectos sobre diferentes temas en distintas regiones (principalmente América Latina y el Mediterráneo en el caso de los gobiernos locales españoles; África y también el Mediterráneo para los franceses; así como diferentes
regiones de África, de Europa del Este o de Asia, para otros países europeos). Muchos de estos programas tienen como principal meta la mejora de los servicios básicos (acceso al agua potable y al saneamiento, a la educación, a la salud), así como la mejora de servicios relacionados con la gestión urbana (mejora de barrios, infraestructuras sociales, prevención de riesgos, etc.). También impulsan programas de fortalecimiento institucional y de las capacidades de gestión municipal que tienen una incidencia directa sobre la gestión de los servicios, como por ejemplo: sobre el tema de mancomunidades y la cooperación técnica y administrativa entre municipios para la prestación conjunta de servicios públicos, o para el desarrollo económico local y gestión del medio ambiente.

La cooperación internacional entre gobiernos locales contribuye a fortalecer la dimensión local de las políticas de desarrollo, promueve la coordinación para alcanzar un mayor impacto sobre la mejora de las condiciones de vida de la población y afianza la democracia local

Existen algunas bases de datos que recogen diferentes ejemplos de proyectos (la Comisión de cooperación de la FEMP, Cités Unies France o el Atlas de cooperación descentralizada del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, o de las asociaciones de municipios de Holanda, Suecia o Dinamarca5 ). También hay otras páginas web donde se presentan intercambios de experiencias entre redes de ciudades sobre planificación urbana, mejora de la gestión y trato de residuos sólidos, transporte, control de la contaminación ambiental, etc (ver ejemplo: medcities). Desde la Unión Europea se promovieron en años recientes redes de cooperación entre ayuntamientos sobre temas urbanos, aunque la mayoría de estos programas ya están cerrados (URB-AL entre América Latina sobre temas de cohesión social; o Ciudad en el Mediterráneo sobre medio amiente y energía, desarrollo económico y social y planificación).

Diversas comisiones temáticas de CGLU, en particular la de Cooperación al Desarrollo — presidida por Lyon y las asociaciones de municipios de Holanda y Canadá— y la de Descentralización y Autonomía Local —presidida por la Diputación de Barcelona— trabajan activamente para promover la cooperación descentralizada y el acceso universal a los servicios públicos básicos. 

En años recientes se han iniciado nuevas experiencias prometedoras de cooperación entre países del Sur. En el marco del programa de mentoring de CGLU y de Iniciativas de Metropolis, catorce ciudades brasileñas y mozambiqueñas identificaron conjuntamente ámbitos de cooperación, beneficiándose de la experiencia práctica sobre planificación urbana estratégica, gestión de infraestructuras urbanas, mejora de vivienda en barrios de chabolas, etc.

En dos estudios recientes sobre la cooperación descentralizada, realizados por la Comisión Europea y por Naciones Unidas8 , se recomienda, entre otras cosas, fortalecer la dimensión estratégica de la cooperación descentralizada, proporcionar un marco legal para sus actividades y mejorar el porcentaje de ayuda pú- blica al desarrollo asignada a las iniciativas de cooperación descentralizada, mejorar la información y el compromiso ciudadano con estas acciones, reforzar las capacidades institucionales y operativas buscando mayor complementariedad entre instituciones y actores, incluso con otros niveles de gobiernos y con las organizaciones multilaterales, e impulsar la cooperación sur-sur.

Finalmente, como fue recordado en los recientes Foros de las Naciones Unidas para la Cooperación y el Desarrollo (UN DCF), la agenda de desarrollo post-2015 y la 3ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Habitat III) deberán integrar el papel creciente de las autoridades locales y regionales y, en consecuencia, promover la cooperación descentralizada. Las nuevas agendas de desarrollo deben considerar la importancia de la cooperación entre ciudades y entre gobiernos locales como una herramienta indispensable para el desarrollo sostenible.

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Fuente: Observatorio de la Cooperación Descentralizada Unión Europea-América Latina