Entre el 10 y el 14 de junio la ciudad de Umea, una ciudad intermedia en el norte de Suecia, fue la sede de la Academia de Democracia Local, un proyecto del Centro Internacional para la Democracia Local de Suecia (ICLD) que tiene lugar cada 3 años. Por primera vez, CGLU participó como socio institucional, apoyando la realización del evento.
El ICLD es parte de la cooperación sueca para el desarrollo, financiado por SIDA (Agencia Sueca de Cooperación Internacional). Su Centro de Conocimiento apoya a toda la organización y contribuye a garantizar que los programas de asociación municipal y los programas de capacitación se desarrollen con conocimiento actualizado.
Con el fin de garantizar y fomentar la cooperación para el desarrollo en torno a la descentralización y la democracia local, la Academia de Democracia Local apoya a 60 investigadores individuales de universidades suecas e internacionales que desarrollan investigaciones puntuales sobre la democracia local, en temas como la participación, los derechos, la integración de la perspectiva de género, la paz, la migración y los ODS.
La ciudad de Umea por su parte es una referencia en la formulación de políticas feministas, y la alcaldesa Marie Louse Ronmark explicó que el género se considera en todas las decisiones, institucionalizado por un comité permanente de género. Los participantes pudieron aprender sobre la variedad de políticas publicas durante una visita a algunos de los proyectos más representativos, como un túnel peatonal, un punto de encuentro público para niñas, la estación de trenes y la administración del club de fútbol.
La Academia de Democracia Local funcionó también como un espacio para la revisión por pares de trabajos de investigación, tutorías, y nuevos aportes de conocimientos clave, métodologias y perspectivas para nuevos enfoques, en particular aprovechando la experiencia en la localización de los ODS y liderazgo local de CGLU. También contó con la participación del Foro de Gobiernos Locales del Commonwealth.
Como primer hito de colaboración, el equipo de aprendizaje de CGLU y el comité de inclusión social, administraron 2 de los 4 laboratorios de políticas que buscaban generar nuevas ideas de investigación, y cooperaron en el diseño a través de una metodología de Aprendizaje Basado en Problemas (ABP o PBL por sus siglas en inglés).
La reunión de una semana de la academia, que fue muy interactiva, fomentó la red de investigación y nos recordó que el importante desafío de la gestión del conocimiento necesita del trabajo en conjunto entre la academia y los gobiernos locales. Una mayor comunicación y colaboración entre los observatorios de CGLU (en particular el OIDP, Observatorio Internacional de la Democracia Participativa) y las comunidades academicas de investigación parece ser un buen camino por delante.
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