La COVID-19 ha tenido un fuerte impacto sobre los gobiernos locales y regionales. Hemos visto cómo ha afectado a procesos electorales, reuniones de consejos municipales y organismos políticos, y a procesos de toma de decisiones a nivel local.
Los gobiernos locales y regionales se reunieron en la sesión de Aprendizaje en Vivo, organizada por CGLU, ONU-Hábitat y Metrópolis para mostrar su compromiso político con la toma de decisiones a nivel local para alcanzar su papel como motores del cambio. La solidaridad, la democracia local, y la protección de los bienes comunes mostrada por los gobiernos locales y regionales será vital para repensar nuestras sociedades tras la pandemia.
Emilia Saiz, Secretaria General de CGLU, moderó la sesión, señalando que la temática de la democracia local tenía unas dificultades añadidas, debido a su intangibilidad, frente a los servicios públicos que tradicionalmente eran la bandera de las experiencias de aprendizaje, pero que es un tema clave para nuestro movimiento, para el futuro de la gobernanza, y para el futuro del sistema multilateral
“¿Debemos acostumbrarnos a la gobernanza de las emergencias? ¿Cómo ha afectado la pandemia a nuestros sistemas de gobierno, cómo recuperaremos la confianza entre instituciones y ciudadanía? Estas preguntas deben ser abordadas, y debemos hacerlo desde la base para volver a establecer relaciones de confianza”
Thembisile Nkadimeng, alcaldesa de Polokwane y Copresidenta de CGLU, introdujo la sesión señalando que es importante cambiar cómo enfocamos la gobernanza urbana y regional para adaptarnos a los desafíos del mundo post- COVID-19, llevando a cabo reformas de gobernanza que aceleren las respuestas que se pueden dar, desde el nivel local, a las crisis mundiales, y los shocks socioeconómicos y políticos.
“Es la labor del sistema internacional reconocer las dificultades que enfrentaremos y contribuir a la transformación del actual sistema internacional en un sistema interurbano que aproveche la fuerza de nuestros territorios y que pueda contribuir, mediante el diálogo entre las esferas de gobierno, a la próxima generación de multilateralismo”
Octavi de la Varga, Secretario General de Metropolis, abordó cómo la pandemia había obligado a muchos gobiernos a tomar decisiones de carácter tecnocrático en pos de la eficiencia y la urgencia, pero que es indispensable no dejar de alado las decisiones -y los procesos- de carácter político, y señaló que la verdadera democracia multinivel supone que los gobiernos locales sean vistos no solo como prestadores de servicios, sino como agentes clave en los procesos de decisión.
“¿Van a ser las emergencias y las crisis parte de la forma de hacer política a nivel local? Es necesario desarrollar nuevas formas de hacer las cosas y para esto es clave una verdadera democracia local, que no puede entenderse sin descentralización, sin comunidades y, por supuesto, sin financiación”
Elkin Velasquez, Representante regional de ONU-Hábitat para América Latina y el Caribe, señaló que es clave la innovación y la colaboración conjunta para poder sobreponerse al desafío de la COVID. Encontrar soluciones de manera conjunta, con el marco de las agendas locales, y a través de la colaboración entre gobiernos locales y sus comunidades, es la única manera de reconstruir sociedades de manera sostenible.
“La incertidumbre requiere humildad, adaptarnos, colaborar. Necesitamos aprender de estas ideas, volver al punto de partida y desarrollar instrumentos para revisar, proteger, y actualizar nuestro contrato social local”.
Carola Gunnarsson, Alcaldesa de Sala y Vicepresidenta de CGLU para Europa, fue a primera participante de la mesa redonda, y señaló que son los municipios, los más afectados por la disminución de la producción económica. Abogó por la necesidad de respetar el principio de subsidiariedad y el autogobierno democrático local, junto con la adecuada autonomía financiera, para transformar la democracia del futuro, y como la manera de asegurar que los gobiernos locales y regionales sean capaces de responder a los desafíos del siglo XXI.
Paola Pabón, Prefecta de Pichincha, abordó el reto de la brecha tecnológica y cómo afectaba a la exclusión social, en particular con los más jóvenes. Señaló que era crucial otorgar más competencia s a los gobiernos locales y regionales, y articular los niveles de gobierno subnacionales a fin de que puedan llevar a cabo políticas coherentes. Abordó, además, las elecciones y cómo la pandemia podía afectar a que se celebraran en el ecuador, argumentando la necesidad de que estas decisiones se tomen, en la medida de lo posible, de manera conjunta.
Laia Bonet, Vicealcaldesa de Barcelona, puso en valor las democracias frente al populismo, puesto que las primeras combaten las desigualdades, garantizan los derechos de toda la población y protegen a los más vulnerables como mujeres, y el colectivo LGTBQ ante la falta de servicios. Señaló que la pandemia ha puesto en evidencia la importancia de los servicios públicos, y explicó que la autonomía local, también clave en la democracia, es la que permite que las autoridades locales puedan garantizar estos servicios. Añadió que la autonomía no es en perjuicio del multilateralismo, en el que también deben estar presentes los territorios.
Valérie Dumontet, Vicepresidenta de Aude explicó el proyecto “La defensa de la juventud para el mundo del mañana”, partiendo de los desiguales efectos socioeconómicos de la crisis, que afecta desproporcionadamente a este sector de la población. Este proyecto cristaliza las movilizaciones por la solidaridad de la juventud, y pretende reunir habitantes de Aude, Sousse y municipios de Burkina Faso para emitir recomendaciones basándose en el Decálogo de CGLU. Señaló que para luchar contra la desconfianza ciudadana y hacer frente al autoritarismo hace falta favorecer la transversalidad de las autoridades locales y regionales, combinar su gobernanza con los otros niveles, y articular la democracia representativa y participativa.
Camilo Romero, exgobernador de Nariño y ganador de la Distinción OIDP “Buena Práctica en Participación Ciudadana” de 2019, explicó que Colombia, una de las sociedades más desiguales del mundo, enfrenta con esta crisis una situación socioeconómica todavía más grave. Frente a esto, señaló que la participación y la innovación se deben imponer a al autoritarismo y al “sálvese quien pueda” de los más favorecidos. Enfatizó que las soluciones vendrán gracias a la defensa de lo público y las decisiones para las mayorías, que deben reiniciar el sistema para crear nuevas ciudadanías y gobiernos con prioridades claras.
Pascal Clouaire, Vicealcalde de Grenoble, expuso las acciones que han puesto en marcha para mantener y profundizar la democracia local y participativa desde el comienzo de la pandemia gracias a las herramientas en línea: presupuestos participativos mediante videoconferencias con los promotores de los proyectos, plataforma de colaboración ciudadana (Grenoble Voisins Voisines) que pone en contacto personas que ofrecen y requieren ayuda de cualquier tipo, y un jurado ciudadano para luchas contra el aislamiento de las personas mayores,
Nellly Ouassenan, Vicealcaldesa de Cocody, Abidjan, se enorgullece de que en Cocody la pandemia ha reforzado la democracia local, puesto que entienden que para luchar contra la primera no se puede prescindir de la segunda. Sin embargo, explicó que no ignoran los efectos socioeconómicos de la crisis, por lo que han llevado a cabo campañas y programas de sensibilización, de apoyo a las víctimas de violencia doméstica, a los niños en situación de calle y a las empresas
Imen Ouardani, Vicealcaldesa de Sousse, señaló que las autoridades locales y regionales y el ejercicio de la democracia participativa se han puesto a prueba durante la pandemia, y reivindicó la necesidad de reforzarlas y continuar la descentralización. En este sentido, explicó que Sousse ha tomado conciencia del papel de las nuevas tecnologías y trabaja en su aplicación para la participación de la ciudadana, lo cual permitirá la creación de nuevas relaciones con ésta. Por otro lado, expuso la relevancia de los problemas de las personas migrantes, con respecto a los cuales Sousse colabora activamente con Aude.
Edwin Miño, Director ejecutivo de CONGOPE, se centró en la necesidad de continuar con las agendas globales, fundamentales tras la pandemia y en la construcción (en lugar de la toma) de decisiones que llevan a cabo los gobiernos locales, en ocasiones incluso corrigiendo errores de los gobiernos nacionales. Explicó que mientras que la toma de decisiones se caracteriza por la seguridad, la construcción se basa en la legitimidad. Entre estas decisiones, es la propia democracia que debe ser reconstruida,
Emilio Jatón, Alcalde de Santa Fe, explicó que la pandemia no ha cambiado la realidad, sino que la hizo desaparecer, por lo que el gran desafío es reinventar y gestionar la realidad a través de nuevos criterios que pongan fin a las grandes desigualdades. Señaló que en ciudades donde solamente una minoría tiene acceso a internet, éste difícilmente podrá ser un catalizador de igualdad. En los tiempos en que los ODS son más relevantes que nunca, explicó, estas cuestiones deben tenerse en cuenta en las nuevas agendas urbanas, de manera que éstas puedan construir nuevas sociedades que incluyan a todos/as.
Johnny Araya, Alcalde de San José, alertó sobre el gran retroceso que la pandemia supone en los logos de las agendas globales como los ODS, tanto a nivel económico como social, poniendo al descubierto debilidades en multitud de niveles y grandes desequilibrios. Ante esto, señaló que las discusiones deben comenzar desde lo local y cercano a la ciudadanía, partiendo de las numerosas vías de oportunidad que abre la crisis: algunos ejemplos son foco en el medio ambiente, progreso de las herramientas tecnológicas, y alianzas con la sociedad civil como motor de la solidaridad y lucha contra la vulnerabilidad.
José Manuel Ribeiro, Alcalde de Valongo, centró su intervención en las nociones de la resistencia y miedo que emergen con más fuerza que nunca de la situación actual: por un lado, las ciudades y sus habitantes deben resistir a problemas físicos, mentales y democráticos, pero también a problemas anteriores como las desigualdades, a menudo ignoradas y que ahora son agravadas e inmanejables; por otro lado el miedo, que ningún político puede manejar, pero que ayuda a la gente a discernir lo que está bien (fortalecimiento de la democracia, dignidad humana) de lo que se debe arreglar (suspensión permanente de libertades, mercado sin límites). Señaló que vislumbrar los aspectos positivos junto con los negativos nos ayudará a superar esta crisis.
Shi Qi, Subdirector de la Oficina de Asuntos Exteriores de la ciudad Xi’an señaló el papel primordial de CGLU como organización centrada en los gobiernos locales. En referencia a Xi’an, indicó que se encuentran en la fase post-COVID-19, centrándose por tanto en restablecer la economía, lo que permitirá que la ciudadanía retome la normalidad en lo que se refiere a sus proyectos profesionales.
Gennady Ryabov, Presidente de la Cámara Pública de la ciudad de Nizhny Novgorod, puso énfasis en la transparencia de las instituciones, y lamentó que al inicio de la pandemia no siempre se tuvo acceso a toda la información. En reacción a ello, explicó que la Cámara la lanzado una plataforma para transmitir en línea 12 sesiones sobre cuestiones esenciales como voluntariado, escolarización, emprendimiento y derechos de los trabajadores. Señaló que esta experiencia les ha ayudado a renovar las relaciones con la ciudadanía y supone una oportunidad única para el avance de la democracia.
Amalinda Savirani, de Universitas Gadjah Mada (Indonesia) puso el foco en la democracia a nivel local, que se caracteriza por el priorizar las demandas de la ciudadanía. Explicó que garantizando su funcionamiento, la crisis abre una ventana de oportunidad a los gobiernos locales para reforzarse y hacerse oír a más niveles, y señaló que todas las experiencias expuestas en la sesión dan fe de estas múltiples oportunidades. Por último, señaló que la democracia local no debe quedar supeditada a otras prioridades como la economía, puesto que sin la primera, el crecimiento sólo podrá ser débil y vulnerable.
Annika Silva-Leander, Jefa de Evaluación de la democracia y análisis político en IDEA Internacional, expuso que antes de la pandemia, la calidad de la democracia ya estaba en descenso a nivel global, incluyendo a los países más avanzados, y lamentó la situación actual está profundizando estos daños. Aunque a menudo concebidas a nivel nacional, explicó que estas restricciones son comparables a nivel local. Señaló que las prácticas innovadoras basadas en la tecnología y la solidaridad permitirán acercar la ciudadanía a los gobiernos locales, permitiéndoles salir reforzados de esta crisis.
Mohammed Saddieh, Elkin Velásquez, Adrià Duarte y Emilia Saiz cerraron la sesión haciendo énfasis en el papel de los gobiernos locales, en la primera línea de los efectos de la pandemia. Señalaron la importancia de la solidaridad y cooperación entre autoridades, gobiernos y ciudadanía para hacer frente a los retos de las agendas globales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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