El impacto global de la pandemia de COVID-19 ha afectado todas las facetas de la vida pública y privada en diversas formas. Algunas de las medidas preventivas clave han incluido el distanciamiento físico, la restricción de movimiento, la restricción del acceso a los espacios públicos y protocolos de higiene mejorados, por nombrar solo algunos. Si bien estas medidas se implementan en interés de la salud pública y el bienestar, a menudo hay consecuencias no deseadas, en particular en la salud mental pública y el bienestar de niña/os, jóvenes y anciana/os.
La experiencia #CitiesAreListening sobre espacio público y salud mental, organizada por CGLU, ONU-Hábitat y Metropolis, junto con PlacemakingX e impulsada por el Comité de Planificación Estratégica Urbana de CGLU, reunión a gobiernos locales y regionales y sus socios para discutir los efectos de la pandemia en la salud mental, así como la importancia del espacio público en la recuperación y nuestra relación con ellos en el futuro. Los participantes también resaltaron el rol de los espacios públicos como generadores de medios de vida en las ciudades, como espacios para garantizar ciudades saludables más allá de la pandemia, y analizaron el papel que jugarán estos elementos estructurales en la construcción de resiliencia de las ciudades tras la pandemia.
La secretaria general de CGLU, Emilia Saiz, introdujo el espíritu de #CitiesAreListening, al señalar la importancia de escuchar a los socios y las comunidades como un eje transformador de nuestras sociedades. Señaló cómo la pandemia ha revolucionado nuestras prioridades y ha puesto la salud mental en el centro, al afirmar que “la importancia de la salud física y mental de las poblaciones se está convirtiendo en una prioridad para los gobiernos locales y regionales. Necesitamos ser honestos acerca de nuestras fragilidades y cambiar las prioridades definidas en el pasado”.
La introducción a la temática de la session fue desarrollada en en un panel moderado por Tollulah Oni, investigadora clínica senior de la Unidad de Epidemiología MRC, Universidad de Cambridge. La experta en salud mental Karen Obrecht, psiquiatra del hospital de New South Wales en Sydney, y el experto en espacio público Ethan Kent, de Placemaking X, hablaron sobre el aumento de los problemas de salud mental a lo largo de la pandemia, calificándolo de un “tsunami de enfermedades mentales” y advirtiendo sobre cómo está afectando de manera desproporcionada a los jóvenes en entornos urbanos desfavorecidos. También abordaron la importancia de la interacción y la construcción de una comunidad a través de actividades de creación de espacios públicos como un antídoto para los trastornos de salud mental.
La consulta interactiva que siguió a este panel fue presentada por Puvendra Akkiah, coordinador de planificación integral del desarrollo de Durban y coordinador del comité de planificación estrategica de UCG, quien recordó la importancia del espacio público en el trabajo realizado por el comité, ONU-Habitat y Metropolis durante el último año, confirmando el rol del espacio público como una palanca crítica de cambio en la formulación de políticas públicas. “Frente a la pandemia, esta sesión puede guiarnos hacia oportunidades de acción”, resaltó.
A lo largo de la consulta, los participantes abordaron cómo los gobiernos locales y regionales podrían apoyar la salud mental en sus poblaciones mejorando los servicios básicos y facilitando el acceso a los espacios verdes, y también calificaron lo que vieron como la función principal del espacio público durante la crisis: un espacio para la socialización, ocio, relajación y desconexión por encima de la función ambiental generalmente resaltada hasta ahora.
El panel de ciudades fue presentado y moderado por Jorge Giorno, jefe de la oficina de estrategias de la ciudad de Buenos Aires y copresidente del comité de planificación estratégica. Recordó el poder del trabajo en redes que ayuda a que sesiones como esta sean inmediatas, prácticas y coherentes en las políticas y en la práctica.
Las ciudades y regiones abordaron la relación entre el espacio público y el bienestar de las comunidades. Claudia Niedzela-Felber, quien lidera el programa social de los centros comunitarios en München, destacó que los adolescentes y los ancianos son los grupos que más sufren psicosocialmente por el aislamiento. Para ellos, argumentó, todos los espacios públicos son críticos. Un espacio lo suficientemente grande como para servir como un punto de encuentro que se puede utilizar para reunirse sin molestar y sin estar bajo un control permanente.
Pascal Smet, Secretario de Estado de la región de Bruselas Capital, destacó la importancia de los "espacios donde la gente pueda reunirse", comparando los espacios públicos con las salas de estar de los hogares de las personas para subrayar lo centrales que son para las comunidades. Al mismo tiempo, hizo un llamado para retomar el espacio público para las personas en vez del transporte privado y los automóviles.
Silvia Collin, concejala de Buenos Aires, hizo eco de estos puntos, argumentando que “necesitamos recuperar espacios para el empoderamiento de nuestras comunidades”, y llamó a fomentar el valor de la cercanía para superar la pandemia.
Paola Andrea Ricardi, Directora de Coordinación de Políticas de Igualdad de La Paz, destacó la importancia de cuidar la salud mental para asegurar ciudades de paz y evitar la violencia. El enfoque, dijo, “debe estar en el diálogo y la empatía para poder superar el dolor y la angustia que ha venido con la pandemia”.
El diálogo desde las ciudades fue seguido por la introducción del “Libro de consulta sobre la integración de la salud en la planificación urbana y territorial” por Laura Petrella, Jefa de la Sección de Planificación, Finanzas y Economía de ONU-Hábitat,, quien hizo un llamado a la necesidad de “desarrollar una mayor interacción entre la salud y la desarrollo urbano y planificación para desarrollar mejores espacios públicos y resultados de salud mental”.
La posterior conversación entre panelistas y participantes fue moderada por Octavi de la Varga, Secretario General de Metrópolis, quien destacó cómo la pandemia había recalcado el valor del espacio público como espacio crítico para la interacción humana, y abordó el trabajo ya realizado por Metrópolis en enfoques de género en el espacio público, y cómo “ahora tenemos la oportunidad de llevar la discusión a una perspectiva diferente” al abordar los vínculos entre ambas agendas. Barbara Holtmann, autora de la Iniciativa de Comunidades Seguras de Durban, destacó la necesidad de vincular el cambio climático y la agenda del espacio público, y alinearlos de una manera que reúna a las personas y mejore su agencia. Nathalie Roebbel, Coordinadora de Contaminación del Aire y Salud Urbana de la OMS, también destacó la importancia de trabajar en las áreas de espacios públicos y salud mental en el Sur Global, analizando también la diferencia en el acceso al espacio público entre países y la necesidad de abordar las desigualdades al interior de países y comunidades en el acceso al espacio público.
Cecilia Andersson, gerente del Programa Global de ONU-Hábitat para el Espacio Público, concluyó la sesión haciendo un llamado a la necesidad de reunir a los socios que están comprometidos con el espacio público equitativo para garantizar que todas las personas puedan disfrutarlo por igual, y cómo los insumos compartidos por los participantes podrían alimentar la renovación del contrato social. Sara Höeflich, directora del Equipo de Aprendizaje de CGLU, cerró la sesión destacando cómo la sesión podría ser un punto de partida para un mayor trabajo e intercambio de prácticas que puedan inspirarse mutuamente, no solo a través de actividades de aprendizaje sino también de una mayor fertilización cruzada y acción local dentro de la agenda de CGLU sobre paz y salud.